LADY MACBETH: La verdadera protagonista de la obra de Shakespeare

 


Macbeth, una de las obras más importantes y famosas del célebre dramaturgo William Shakespeare, cuenta con cinco actos que nos muestran el desarrollo y el desenlace de una pérdida y una decadencia humana, causante de la ambición de poder y la propia avaricia del ser humano. El supuesto protagonista, Macbeth, encarna la más pura demostración de una mente corrompida que empieza siendo un leal soldado del rey Duncan y termina por convertirse en el asesino de este último, teniendo como cómplice a su esposa, Lady Macbeth, siendo la predicción de las brujas en una primera instancia y ella la que finalmente lo incitan a cometer aquel trágico acto. Si bien, la historia se centra principalmente en personajes del género masculino, exceptuando a las brujas, el rol de Lady Macbeth no pasa desapercibido en lo absoluto, de hecho, creo que es uno de los personajes más importantes de la historia y la verdadera protagonista, ya que, por esta mujer, se desata la propia naturaleza ambiciosa de Macbeth y la de ella misma, lo que termina desencadenando la más insólita tragedia de todos los tiempos y una de las más leídas por miles de personas a lo largo de siglos.

Sin embargo, primeramente, me es inevitable preguntarme, ¿por qué es una mujer la que ayuda al protagonista a cometer estos actos inmorales y no un hombre? Podría ser fácilmente Banquo quién lo corrompa y sea el cómplice de Macbeth, no obstante, no es así. Es extraño, porque, estando en pleno siglo XVII, que es donde Shakespeare escribe esta obra y también analizando el contexto histórico en que esta se encuentra, obviamente existía una sociedad patriarcal y machista, mucho más discriminante y denigrante que en la actualidad, donde la mujer era solo considerada como un mero objeto a poseer y que no tenía ningún protagonismo, pero las mujeres en esta obra y en la literatura, son todo lo contrario, de hecho, representan personajes importantes y relevantes en la trama, casi protagónicos. Virginia Woolf describió claramente la extraña dicotomía que se genera entre la percepción de la mujer de la literatura -escrita por hombres- con la mujer real del siglo XVII: “Desde luego, si nos paramos a pensarlo, sin duda Cleopatra sabía ir sola; Lady Macbeth, se siente uno inclinado a suponer, tenía una voluntad propia; Rosalinda, concluye uno, debió de ser una muchacha atractiva. (…) En realidad, si la mujer no hubiera existido más que en las obras escritas por los hombres, se la imaginaría uno como una persona importantísima; polifacética: heroica y mezquina, espléndida y sórdida, infinitamente hermosa y horrible a más no poder, tan grande como el hombre, más según algunos.” (Woolf, 1929)

Lady Macbeth, en una parte de la obra, realiza un monólogo que expresa cómo ella se “sacrifica” para lograr su objetivo, el siguiente fragmento podría reafirmar la importancia, la fuerza y la determinación del personaje dentro de la obra:

LADY MACBETH:

¡Espíritus, venid! ¡venid a mí!, puesto que presidís los pensamientos de una muerte! Arrancadme mi sexo y llenadme del todo, de pies a la cabeza, ¡con la más espantosa crueldad! ¡Que se adense mi sangre que se bloqueen todas las puertas al remordimiento! ¡Que no vengan a mí contritos sentimientos naturales a perturbar mi propósito cruel, o a poner tregua a su realización! (Shakespeare, 1606)

Lady Macbeth ruega a “los espíritus de la muerte” para renunciar a su sexo y así, tener la “espantosa crueldad”, estos simbolismos o metáforas, que destacan mucho dentro de la obra, quieren decir que ella desea que su lado más humano, “femenino”, empático y bueno sea silenciado y su lado más oscuro, “masculino”, cegado por la ambición de poder, predomine y así; conseguir la fuerza que su marido necesita para poder hacer lo que sea necesario para obtener lo que quiere sin piedad ni remordimiento. Esto incluye, por supuesto, abandonar lo femenino por lo masculino, antes mencionado, involucrando todo ámbito de su cuerpo, es decir, desea que todo de ella misma, incluida su sangre, sea convertido en maldad y la más absoluta crueldad para realizar su cometido y complacer sus más oscuros deseos. Respecto a la sangre, en una parte de su monólogo, se puede interpretar una mención a la menstruación: “¡Que se adense mi sangre que se bloqueen todas las puertas al remordimiento! ¡Que no vengan a mí contritos sentimientos naturales a perturbar mi propósito cruel, o a poner tregua a su realización!” Si esto se analiza detalladamente y se contextualiza al leer todo el monólogo, nos podemos dar cuenta que, según Vanessa Brasil (2015), ella desea que aquella sangre se detenga sin que se “turbe” por sus propios sentimientos naturales, esto quiere decir que está dispuesta a no tener descendencia con Macbeth solo para no tener herederos del trono y que el poder sea solo de ellos dos, y aquella sangre sea convertida en la sangre que posteriormente se derramará al dar muerte al rey Duncan. Lady Macbeth está dispuesta a absolutamente todo con tal de conseguir lo que ella anhela, y aún más que el propio Macbeth, ya que este en ciertas ocasiones divaga sobre si cometer el acto o no, mientras que Lady Macbeth no tiene espacio a duda alguna, exceptuando a los sucesos posteriores al crimen, cuando ella muestra un atisbo de culpabilidad, específicamente cuando intenta lavarse las manos por la sangre que imagina en las palmas de sus manos; estas alucinaciones la podrían haber llevado a cometer suicidio. A pesar de todo, la ambición es su principal motor dentro de la historia, llegando incluso a anularse como mujer para someterse a los deseos del hombre y su vil naturaleza, eso hace que los lectores se enfoquen más en su personaje inmoral y “sacrificador” que aniquila su feminidad con tal de satisfacer sus objetivos. Lady Macbeth termina no siendo simplemente Lady Macbeth, la esposa o la señora, sino que es la verdadera protagonista y la fiel representación de la naturaleza ambiciosa del ser humano hasta el punto de perder la cordura. Sin embargo, los rasgos, que ella implícitamente señala en la obra, son masculinos, esto quiere decir que el poder pertenece al hombre y aquellos sentimientos de ambición les conciernen solo a ellos y no son propios de la feminidad de la mujer. En relación a esto, se señala en un artículo del sitio web Greelane (2020): En la época de Shakespeare era inusual que un personaje femenino fuera tan audazmente ambicioso y manipulador como Lady Macbeth. Ella no puede tomar medidas por sí misma, probablemente debido a las limitaciones sociales y las jerarquías de poder, por lo que debe persuadir a su esposo para que acepte sus malvados planes. Es por esto último mencionado que, si nos ponemos a pensar y reflexionar en la posibilidad de que en la obra existiera Lady Macbeth en el siglo XVII en el contexto de una sociedad y gobierno paritario que incluya la igualdad de género, la misma Lady Macbeth, como protagonista, habría asesinado al rey para quedarse con el trono en lugar de su esposo. De hecho, existe un texto canónico que reversiona la obra clásica de Shakespeare, centrándose en el personaje de Lady Macbeth contando la historia desde su perspectiva, según lo descrito por Lydia Di Lello (2008): «Griselda Gambaro capturó ese perfil y le dio otro giro. En su La Señora Macbeth, sigue la línea argumental del texto shakesperiano, pero desvía la mirada hacia la verdadera protagonista de la historia. Su lady Macbeth es el personaje central y asume la totalidad de la articulación de la pieza. Ella encarna la tragedia»

Finalmente, podemos darnos cuenta que, Lady Macbeth destaca mucho más que Macbeth, siendo la principal villana y que debería ser la real protagonista de la obra si no fuera por la época en la que está escrita la obra, sería una realidad concreta. Lady Macbeth se caracteriza por ser una mujer fuerte, malvada y determinada que tiene claro sus objetivos, se sacrifica por ellos y no descansa hasta cumplirlos, utilizando a su marido solo como medio para complacer sus oscuros deseos. Está claro, Lady Macbeth es de los personajes femeninos más importantes del siglo XVII y de la literatura, que encarnan perfectamente la maldad, la crueldad y la decadencia del ser humano en consecuencia de la ambición, la avaricia y la codicia.


Citas y fuentes bibliográficas

Di Lello, L. (2008, 25 mayo). El lugar del lenguaje en La Señora Macbeth de Griselda Gambaro. Centro Cultural de la Cooperación. Obtenido de https://www.centrocultural.coop/revista/3/el-lugar-del-lenguaje-en-la-senora-macbeth-de-griselda-gambaro

Brasil, V. (2015). Lady Macbeth: la aniquilación de lo femenino. Trama y fondo, 39. Disponible en http://www.tramayfondo.com/actividades/vii-congreso/las_diosas/downloads/brasil-vanessa.pdf

Por qué Lady Macbeth es la villana más traicionera de Shakespeare. (2020, 20 marzo). Greelane. Obtenido de https://www.greelane.com/es/humanidades/literatura/lady-macbeth-character-analysis-2985018/

Shakespeare, W. (1606). Macbeth. Disponible en https://ministeriodeeducacion.gob.do/docs/biblioteca-virtual/mVFH-macbeth-william-shakespearepdf.pdf

Woolf, V. (2016). Una habitación propia. Austral.



 

 


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